martes, 20 de mayo de 2008

Teorías implícitas, modelos mentales y cambio educativo

¿Por qué el proceso de integración del conocimiento, tan natural en el desarrollo, se vuelve tan problemático cuando se trata de conocimiento escolar? Así fue como comenzamos nuestra exposición hace unos días.

Como argumenta Pozo (1994): “Es un hecho constatado por todos la dificultad con la que se inducen cambios educativos si se compara con la aparición cuasi-espontánea de cambios evolutivos que jalonan el curso de desarrollo”. Pero, ¿por qué sucede de este modo? La explicación que dan Mª José Rodrigo y Nieves Correa es que la naturaleza del conocimiento escolar (complejo, explícito y perspectivista) es distinta a la naturaleza del conocimiento cotidiano (simple, implícito y realista), por lo que el problema reside en que no hay continuidad natural entre ambos.

Tras reflexionar sobre ello, lo cierto es que nos encontramos bastante escépticas ante esta rotunda afirmación. ¿Acaso no existen conocimientos escolares implícitos? ¿Qué hay del famoso currículum oculto? Lo mismo ocurriría con las demás dimensiones: un conocimiento cotidiano perspectivista sería cuando un niño ve que sus padres se han enfadado porque se ha portado mal, un ejemplo de conocimiento cotidiano complejo podría ser cuando un niño aprende que su abuela es a la vez madre de su madre, que su primo es también sobrino de padre, etc.

Bajo mi punto de vista el texto ofrece una visión demasiado simplista de lo que ocurre en el proceso de aprendizaje, cotidiano y escolar. Encasilla a cada uno de ellos en unas características determinadas y opuestas sin percatarse de que son, sin embargo, conocimientos muy similares aunque se den en contextos diferentes. De hecho, el cambio evolutivo propicia cambios educativos y viceversa, son dos procesos que van de la mano.

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