martes, 11 de diciembre de 2007

Billy Elliot

Billy es un niño de 11 años que vive junto a su padre, su hermano mayor y su abuela en un barrio obrero del norte de Inglaterra. Corren los primeros años ochenta y la crisis económica en el país obliga a los trabajadores de las minas de carbón -entre los que se encuentran el padre y el hermano de Billy- a ir a la huelga.

Durante ese tiempo, el joven Billy se apunta a clases de boxeo por expreso deseo de su padre, y es entonces cuando descubre el mundo del ballet que despierta en él una pasión que será más fuerte que el entorno que le rodea: piquetes de huelguistas, estereotipos culturales y una familia en crisis. Con la ayuda de la señorita Wilkinson, Billy luchará por defender su sueños y convertirse en un gran bailarín.

Es evidente durante toda la película la huella que ha dejado en todos los miembros de la familia la muerte de la madre, y muy especialmente en Billy, que echa en falta su figura en repetidas ocasiones. A ello se suma la difícil situación económica en la que se encuentran, dando lugar a un ambiente desestructurado y complejo.

Por otra parte cabe destacar las dificultades con las que se encuentra Billy a la hora de querer bailar: -"Qué tiene de malo? Es algo normal"; -"Los chicos juegan al fútbol, luchan,... pero no hacen ballet", argumenta el padre avergonzado. Y en este momento, cabe preguntarse: ¿hasta qué punto deben ser suplidas las decisiones de los niños por las de los padres?

Para concluir, creo que hay una frase al finalizar la película que recoge muy bien la idea principal de la misma: "Ningún niño puede progresar sin el apoyo incondicional de su familia".

No hay comentarios: