martes, 22 de abril de 2008

Intervención Psicopedagógica en Lectoescritura

Presentación del caso:

D. tiene 6 años de edad y se encuentra escolarizado en primero de Educación Primaria, en un colegio público. La valoración de la psicóloga de dicho centro es que D. no presenta ningún caso grave de alteraciones a nivel de audición y lenguaje, pero sí es cierto que viene encontrando dificultades con el proceso de adquisición de la lectoescritura: su lectura es excesivamente lenta y comete muchos errores en el reconocimiento de las palabras, y en su escritura se observan omisiones y sustituciones de letras, fundamentalmente en sílabas inversas y mixtas. Todo ello, además, se ve influido por una atención muy dispersa.

¿Por qué D. encuentra tantas dificultades? Pues bien, lo cierto, es que no ha habido una buena coordinación entre la iniciación a la lectoescritura en Infantil y su continuación y perfeccionamiento en Primaria.

D. inició su proceso de aprendizaje a través de un método más constructivista, en el que sólo se contemplaban las letras mayúsculas, no existían las dos líneas de guía, etc. Pero al llegar a primero de Primaria, se encontró con toda una serie de libros de texto escritos en esa letra tan desconocida, y aborrecida posteriormente, por él: la minúscula; además de exigirle escribir en cuadernos de dos líneas, sin un previo proceso de adaptación o transición.

Debido al gran impacto que tiene la lectoescritura como medio para acceder al conocimiento y a la adaptación social del sujeto, actualmente D. acude a sesiones con la logopeda y psicóloga del centro con cierta regularidad.

Por su parte, la familia de D. está muy implicada en todo este proceso, y se involucra para ayudarle a salir adelante, aunque a veces no sabe muy bien cómo hacerlo.

Intervención Psicopedagógica:

A continuación se expondrán una serie de medidas para orientar la colaboración de los padres en el proceso aprendizaje de D. Si bien, todas las intervenciones que se lleven a cabo, tanto en el centro educativo como en casa, deberán seguir la misma línea para evitar nuevas confusiones.

Los objetivos y las actividades que se proponen son:

1. Aumentar la conciencia fonológica (fonema, sílaba y palabra).

En primer lugar, sería importante que D. llegara a tomar conciencia de la correspondencia fonema-grafema y de la correspondencia entre mayúsculas (que ya domina) y minúsculas. Para ello, podríamos diseñar y construir unas tarjetas. Por una parte, estarían las tarjetas de las mayúsculas (una para cada letra del abecedario) y por otra, las de las minúsculas, que al no ser reconocidas todavía, irían acompañadas de un dibujo que le ayudará a averiguar de qué letra se trata (por ejemplo, la “e” de “elefante”, como se ve en la fotografía). Con este material podrán llevarse a cabo actividades como:

· Encontrar la letra minúscula que se le pide con la tarjeta de la mayúscula (o viceversa).

· Ordenar las letras dadas para formar la palabra indicada,

· Construir palabras de interés…

Se trata de que D. se vaya familiarizando con los grafemas, con sus formas y sus trazos, a modo de juego antes de ser llevadas al papel.

2. Conseguir una mejora en la capacidad para leer por la ruta visual.

Algunas actividades podrían ser:

· Asociar, cada vez más y más rápido, las palabras con sus dibujos.

· Poner en ciertos aparatos y lugares de la casa fichas con sus nombres: televisión, nevera, ordenador, habitación, cocina… para que inconscientemente las vaya percibiendo y memorizando globalmente (sería conveniente hacerlo en mayúscula y minúscula). Un día podríamos cambiarlas de sitio para ver si se percata, o recogerlas y pedirle que las coloque de nuevo.

3. Aumentar el grado de motivación de D. hacia la lectoescritura y los aprendizajes escolares.

En este caso sería beneficioso:

· Favorecer una actitud positiva hacia la lectura y estimular el deseo de leer.

· Incrementar el autoconcepto académico de D.

· Valorar y reforzar sus logros.

· Utilizar “el veo veo”, “las palabras encadenadas” o “el ahorcado” para aprender jugando.

· Recurrir a materiales como la plastilina y la pintura de dedo para guiarle en los trazos de los grafemas.

4. Fomentar un ambiente de trabajo que facilite la concentración.

· Trabajar en un lugar que no contenga muchos elementos que puedan distraerle: juguetes, televisión…

· Crear un hábito de trabajo diario.

· Partir de sus motivaciones e intereses al leer y escribir.

No obstante, todas estas pautas se irán revisando y modificando en función de los avances y dificultades con que encuentre D. Asimismo se tendrán en cuenta las sugerencias de la familia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bastante bien, aunque como hemos comentado en clase, antes de pasar a las actividades debemos pensar en las estrategias a seguir. ¿Cuál es la dificultad entonces en este caso? ¿La adquisición del código? ¿La motivación del alumno? ¿Qué ocurre en cuanto a su comprensión lectora?

silvia dijo...

Bajo mi punto de vista, la mayor dificultad que encuentra D. es la de darse cuenta qué letras minúsculas, novedosas todavía para él, se corresponden a las mayúsculas, que ya conoce.

A ello, también se sumaría la escasa motivación hacia la lectura que posee; lo que dificulta aún más el proceso.

Gracias por la matización. Silvia.